EL PERINÉ
Por: Consuelo Ruiz Velez-Frías
Uno de los mejores, acaso el mejor, de todos los
tratados de obstetricia en los que estudié, fue el del profesor Bumm en el que
se explica, de manera clara y correcta la forma de proteger el periné contra
los desgarros, procedimiento que todas las matronas de mi época, cuando había
Escuela oficial, carrera independiente y Colegio Profesional de las mismas,
utilizábamos, después de haber aprendido cómo se hacía, técnica y
prácticamente.
Además, yo quise ampliar mis conocimientos sobre
la protección del periné y compré un libro que aún conservo, titulado "Las
peritomías", debido a la pluma del doctor Colmeiro Laforet y publicado, en
Burgos, en 1943. ¡Lástima de dinero que me gasté en una época que disponía de
tan poco! Porque, después de enterarme de cómo era el periné, qué músculos lo
componían y cuál era su misión en el organismo, confieso, humildemente, que no
me atreví, en ningún parto, de los muchos que he asistido, a esgrimir las
tijeras para realizar una episiotomía, no solamente porque no estaba segura de
que mi perinorrafia fuera a dar los resultados apetecidos, sino también porque
me daba repeluzno cortar en un sitio tan íntimo y delicado a un ser tan semejante,
tan igual a mí, que era como si me estuviera cortando a mí misma.