EL PERINÉ
Por: Consuelo Ruiz Velez-Frías
Uno de los mejores, acaso el mejor, de todos los
tratados de obstetricia en los que estudié, fue el del profesor Bumm en el que
se explica, de manera clara y correcta la forma de proteger el periné contra
los desgarros, procedimiento que todas las matronas de mi época, cuando había
Escuela oficial, carrera independiente y Colegio Profesional de las mismas,
utilizábamos, después de haber aprendido cómo se hacía, técnica y
prácticamente.
Además, yo quise ampliar mis conocimientos sobre
la protección del periné y compré un libro que aún conservo, titulado "Las
peritomías", debido a la pluma del doctor Colmeiro Laforet y publicado, en
Burgos, en 1943. ¡Lástima de dinero que me gasté en una época que disponía de
tan poco! Porque, después de enterarme de cómo era el periné, qué músculos lo
componían y cuál era su misión en el organismo, confieso, humildemente, que no
me atreví, en ningún parto, de los muchos que he asistido, a esgrimir las
tijeras para realizar una episiotomía, no solamente porque no estaba segura de
que mi perinorrafia fuera a dar los resultados apetecidos, sino también porque
me daba repeluzno cortar en un sitio tan íntimo y delicado a un ser tan semejante,
tan igual a mí, que era como si me estuviera cortando a mí misma.
Como mal menor, decidí intentar por todos los
medios a mi alcance que no hubiera desgarro y las contadas veces que no lo
conseguí, siempre fuera un insignificante desgarro de horquilla para suturar el
cual bastaba con un solo punto de cagut.
Me propongo contar de qué manera protegía yo el
periné, con resultados bastante satisfactorios, para evitar desgarros en los
partos asistidos en casa. En mi más tierna infancia, mi buena madre me enseñó a
observar, a escuchar y a pensar, me enseñó que todo tiene, un motivo, un
origen, un principio y que, en ellos debemos apoyarnos para evitar
contratiempos y fracasos.
Para evitar que se desgarre el periné, hay que
hacerse, ante todo, estas dos preguntas:
- 1.- ¿Por qué se desgarra el periné?
- 2.- ¿En qué momento del parto se desgarra?
Se conoce con el nombre de periné, el conjunto de
tres capas de músculos que forman el suelo de la pelvis y tiene, en el
organismo, un doble papel, cerrar, por su parte inferior la cavidad abdominal y
"abrir la puerta" en los casos en que el útero, el recto o la vejiga
tienen que vaciar su contenido. Es extraordinariamente flexible y sus
complicada musculatura está dotada de un mecanismo autónomo cuyo funcionamiente
es semejante al de los demás órganos del cuerpo. Bajo la dirección del cerebro,
sus fibras trabajan estirándose o encogiéndose y con ese trabajo consumen
oxígeno y energía y producen cansancio y anhídrido carbónico y, por supuesto,
en condiciones normales, no causan dolor.
El periné ejecuta dos tareas muy importantes, una
pasiva y otra activa. Cierra la cavidad abdominal, por su parte inferior y toma
parte activa en el parto estirándose, relajándose, ampliándose y formando parte
del último trayecto que el feto debe recorrer, el canal blando del parto que
ejerce un suave y necesario efecto de frenado protector, para que la cabeza
fetal se desprenda por grados, lentamente y no hay ningún peligro para la
seguridad del feto en que lo haga así porque la oxigenación de la sangre fetal
está asegurada por la persistencia en la circulación sanguínea en el cordón
umbilical.
1.- Porqué se desgarra el periné en el
parto.
En la actual civilización, en la que sobre el
parto se saben ya muchas cosas, no es admisible llegar a la conclusión que el
periné se desgarra siempre y "porque si" y que el único modo de
evitarlo sea realizar una amplia episiotomía, seccionando la complicada
anatomía de la zona, acaso sin estar completamente seguros de ser capaces de
reconstruirla, músculo a músculo, de forma que el periné pueda, en el futuro,
seguir desempeñando las funciones que le están encomendadas.
El periné no es nunca, no puede serlo,
precisamente por su elasticidad, obstáculo para el parto, ni siquiera cuando
tiene cicatrices, que lo endurecen y reducen, más o menos, su capacidad de
dilatación, siempre se rompe antes que impedir que el feto salga.
Dado que ninguna parte del cuerpo funciona
independientemente del resto del organismo, cabe la sospecha de que si el parto
no ha seguido desde su comienzo un desarrollo natural, sino que se ha
precipitado y manoseado, es muy posible que la musculatura perineal no haya
tenido tiempo de enterarse de que el feto iba a salir y que tenía que
prepararse para que éste pudiera hacerlo de forma suave, sin violencia, poco a
poco, dando tiempo a que se forme el canal blando del parto, sin "enmendar
la plana" a la Naturaleza, suprimiéndolo de un tijeretazo.
Yo me he pasado la vida aprendiendo cosas,
recordando lo aprendido y tratando de aplicarlo. De 1950 a 1960, esto es,
durante diez años estuve prestando mis servicios como Matrona de salidas en la
Beneficencia Municipal de Madrid y tuve ocasión de ver bastantes mujeres que
habían dado a luz en sus domicilios sin asistencia y, aunque parezca increíble,
nunca hubo que suturar desgarros a ninguna, pues a pesar de no haber tenido
protección, el periné había desempeñado perfectamente, su papel en el parto,
había cumplido la misión para la que fue creado, lo que me hizo pensar mucho
sobre la inutilidad de la episotomía y, si me apuran un poco, de la protección
del periné, cuando no se interviene en el parto, sino que se consiente que
evolucione de forma natural.
Es posible que la manera en que se haya
conseguido llegar a la dilatación completa tenga una influencia decisiva en la
elasticidad del periné, requisito indispensable para que no se produzca
desgarro. Esta cuestión es algo sobre lo que las futuras matronas deberían
investigar a fondo, ¡suponiendo que sigan existiendo matronas! Por mínimo que
sea el desgarro, es un incidente desagradable, tanto para la parturiente, como
para la matrona. Lo ideal debe ser que, después del primer parto, el periné de
la puérpera quedase como si no hubiese parido.
Previo al parto, hay un período que se llamaba
pródomos del parto, durante el cual, por medio de contracciones, débiles,
fugaces y desorganizadas, se forma o acaba de formarse, el segmento inferior
del útero para conseguir el indispensable reblandecimiento del cérvix, previo a
su aplastamiento, borrado y dilatación. Si no se ha prestado la debida atención
a esta fase del parto, ignorándose que de ella dependen, a veces, el éxito o el
fracaso de la función, la dilatación de un cérvix resistente y duro, será más
larga y difícil. En cambio, si el cérvix estaba blando, el período de
dilatación habrá transcurrido, con la colaboración inteligente de la
embarazada, sin nervios y sin prisas.
Si se ha respetado el ritmo natural de la
dinámica uterina, si la parturienta se ha resignado a aguantar las
contracciones sin resistirse a ellas, sino ayudándolas por medio de la postura
y de la respiración adecuadas, las contracciones habrán sido, todo lo más
molestas, pero sin llegar a ser dolorosas, y el largo y engorroso período de
dilatación habrá transcurrido con sensatez, con optimismo y con la información
debida. Si se ha esperado, no sólo a que la dilatación fuera completa, sino a
que el feto haya realizado los movimientos necesarios para iniciar el período
expulsivo, en la debida posición, lo más probable es que el periné no presente
ningún problema, que se preste, eficazmente a desempeñar su papel de canal
blando del parto y que su relajación permita el paso, sin desgarro ni
laceración de los diversos diámetro del feto, que debe presentar, a su salida,
el bi-occipital, que es el menor, flexionando, de forma espontánea, la cabeza
sobre el tórax.
2.- En que momento del parto se desgarra
el periné.
Lo natural, lo normal es que la cabeza se vaya
desprendiendo poco a poco, milímetro a milímetro, conforme el canal blando del
parto va retrocediendo, el periné recobrando su dimensión y el anillo vulvar va
cediendo, pero cuando ya ha salido la parte posterior, desde la coronilla a la
frente y el feto ejecuta el tercer movimiento, esto es, el de deflexión, con la
salida brusca de las eminencias frontales, el periné corre peligro de
desgarrarse y hay que evitarlo por medio de una protección correcta.
En caso de feto grande o primípara añosa, es recomendable la maniobra,
más moderna de Olshausen, en sustitución de la clásica, de Bumm, que era la que
siempre se hacía en todos los partos.
*Extracto del artículo: "Cómo se asiste un parto en casa", de la matrona española: Consuelo Ruiz Velez-Frías
me encantó leer esto :) muchas gracias.
ResponderEliminarbenjamin
En mi primer parto, programado, anesteciado y con corte perinal, sufri mucho, mi segundo parto natural, fue tan hermoso, y mi perine se rasgo tan levemente que fue necesario un punto y cero dolor despues, pero con el bisturi o tijeras fue horrible.. que bueno que cada vez las matronas y las madres conozcamos nuestro cuerpo y no sea una operación mas..
ResponderEliminaryo tuve un parto natural y no me desgarre nada...ni un punto me pusieron. tampoco prepare mi perine antes ni durante el parto. Mi matrona fue muy respetuosa y me ayudo a contactarme con mis ganas instintivas de pujar, nadie me apuro...me ayudo a dejar que el bebe fuera naciendo por si mismo, sin esfuerzos en "pujos falsos" sin ganas...asi salio mi bebe suavemente...en sucesivos pujos fue saliendo de a poco y mi perine acompañando el proceso quedo en perfecto estado. es importante conocer nuestro cuerpo y respetar sus procesos.
ResponderEliminargracias por el espacio. maravilloso el blog
Estoy completamente segura de que como bien dices en el artículo, el periné está preparado para cumplir su función sin necesidad de tijeras. La naturaleza sabe4 lo que hace, el problema es que no confiamos.
ResponderEliminarMe alegra saber que cada vez más profesionales comienzan a usar el sentido común para ayudar a nacer a quienes son el futuro: nuestros niños.
Un saludo y adelante con vuestra hermosa labor.
hermoso leer esto, sobretodo para las que estamos por parir. Gracias.
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