
Por: Jan Hunt, Traducido por
Marcela Araiza
1. El colecho familiar favorece
y facilita la lactancia materna, ya que no hay necesidad de ir a otro
cuarto para tomar al bebé. Una madre que amamanta en la "cama
familiar" puede fácilmente alimentar a su hijo sin despertarse
completamente, y puede continuar con el importante descanso que necesita.
Así el colecho promueve que la madre continúe amamantando y todos sus numerosos
beneficios hasta que el niño decida destetarse.
2. De acuerdo al investigador
James McKenna, el colecho incrementa las posibilidades de que los padres
pueden intervenir exitosamente en la prevención de la muerte de cuna, ya
sea que se deba una condición fisiológica o accidente físico. El investigador
recuerda a los padres que "el colecho da a los padres la mejor oportunidad
de oír a un bebé en crisis y responder". Añade que "ya que la
protección contra el síndrome de muerte súbita SIDS, puede estar relacionado a
la frecuencia y duración de la lactancia, y debido a que los bebés amamantan
más cuando duermen con sus padres, esta práctica puede ayudar a proteger a los
infantes amamantados".
3. Durante los primeres meses de
edad es normal que los niños tengan periodos sin respirar, y es probable que la
madre provea importantes señales a su bebé, recordándole respirar después de
una exhalación, previniendo que se desarrolle un síndrome de muerte súbita. Aún
si este sistema recordatorio falla, la madre estaría cerca para despertar al bebé.
Una madre y un bebé que amamantan, tienden a tener ciclos de sueño
coordinados, haciendo a la madre extremadamente sensible a su bebé. Si ella
está durmiendo cerca, despertará si su bebé está teniendo dificultades.
Pero si el bebé está solo, este tipo de intervenciones salva-vidas no pueden
realizarse.
4. Si un adulto está cerca, se
reduce cualquier peligro nocturno. Los bebés y los niños han perecido en
incendios, han sido abusados sexualmente por parientes que están de visita, han
sido robados de su cama, han sido atacados por mascotas, se han asfixiado
después de vomitar y han muerto o resultado heridos en formas que se pudieron
prevenir si un padre hubiera estado cerca para ayudar.
5. La asfixia es
frecuentemente puesto en la lista como un peligro del colecho. Sin embargo,
este es un peligro real sólo en dos situaciones: un bebé pequeño durmiendo en
un colchón de agua que es incapaz de levantarse cuando lo necesita, o un padre
incapaz de atender las necesidades de los bebés por estar muy intoxicado con
alcohol o drogas. Obviamente un niño que se esté asfixiando por cualquier razón
(una cinta o ropa de dormir alrededor de su cuello, vomitar mientras duerme,
ataques de asma) es más probable que despierte a un padre que está durmiendo
cerca que a uno que duerme en un cuarto diferente.
6. El colecho familiar es
frecuentemente malentendido como un promotor de abuso sexual al niño por parte
de los padres. Sin embargo, la verdad es lo contrario. Los padres que
desarrollan profundos vínculos emocionales con sus niños por permanecer cerca y
responder a sus necesidades tanto en la noche como en el día, es mucho menos
probable que tengan una conducta abusiva de cualquier tipo hacia el niño que
aman y cuidan. Contrariamente, el hecho de que un niño duerma solo nunca ha
sido adecuada protección contra un padre que intenta abusar sexualmente de él,
y quizá sea aún más fácil mantener esta actividad en secreto del otro padre.
7. El sueño compartido ayuda a
toda la familia a tener el descanso que necesitan, especialmente si el niño
está amamantando. El niño no tiene que sentirse necesitado o llorar para atraer
a su madre, y la madre puede amamantar semidormida. La familia entera despierta
fresca, sin resentimientos hacia el bebé por haber disturbado su sueño la noche
anterior. Un padre exhausto es más probable que abuse del niño que una madre
descansada o padre que ha disfrutado de la presencia de un bebé felizmente
descansado durante la noche.
8. El llanto es una señal
provista por la naturaleza cuyo significado es disturbar a los padres para
asegurar que el bebé reciba lo que necesita. Pero el llanto prolongado es
estresante para todos los miembros de la familia. Entre más pronto de
satisfagan las necesidades de los bebés, más descansa el bebé y la familia, y
más energía tendrán al siguiente día. Una madre que duerme junto al bebé
puede utilizar su respuesta instintiva que toda nueva madre tiene al primer
gemido del bebé, previniendo así la necesidad de un llanto fuerte que es
estresante pata el bebé y para todos los miembros de la familia.
9. Un sentimiento profundo de
amor y confianza se desarrolla entre hermanos que duermen juntos, disminuyendo
la rivalidad durante las horas en las que están despiertos. Los hermanos
que comparten la noche así como el día tienen una gran oportunidad de
desarrollar una relación profunda y duradera. Los bebés y los niños que están
separados de otros miembros de la familia durante el día (padres trabajando,
hermanos en la escuela) pueden reponerse parcialmente de esas ausencias y restablecer
importantes lazos emocionales pasando tiempo juntos en la noche, y disfrutar de
la delicia del tiempo con la familia en la mañana, que no existe de otra
manera. Claro que el negocio en la casa y la no escolarización puede minimizar
las separaciones y profundizar los vínculos familiares durante el día, tanto
como el colecho lo hace en la noche.
10. Estudios de adultos en coma
han demostrado que la presencia de otra persona en el cuarto, mejora
significativamente la frecuencia cardiaca, ritmo cardiaco, y la presión
sanguínea. Parece razonable asumir que los niños y los bebés tienen beneficios
de salud similares por tener a alguien más en el mismo cuarto.
Un niño que es cuidado en la
noche tan bien como en el día, recibe constante certeza de amor y apoyo, en
lugar de tener que lidiar con sentimientos de miedo, enojo y abandono noche
tras noche. Los niños que se han sentido seguros tanto en la noche como en el
día con unos padres amorosos cerca, son adultos que soportan mejor el
inevitable estrés que la vida trae. Como John Holt dijo elocuentemente, tener
sentimientos de amor y seguridad en la vida temprana, lejos de "echar a
perder" a un niño, es como "dinero en el banco": un fondo de
confianza, autoestima y seguridad interna con las cuales el niño puede manejar
los retos de la vida.
Por: Jan Hunt en el sitio
:www.naturalchild.org,
Traducido por Marcela Araiza en el sitio www.mamasol.com
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