Extracto de "Llanto neonatal, consecuencias psicológicas e intervenciones selectas"
La creencia de que un bebé puede ser “malcriado” al responder al llanto en cada episodio durante los primeros seis meses de edad no es apoyada por ninguna investigación, y la
plasticidad neural en los primeros 6 meses sugiere que un manejo del
llanto apropiado en etapas tempranas disminuye el llanto en el futuro.
De hecho, vestigios de pensamiento manipulador (si lloro, mi madre
vendrá…) no son operacionales en los primeros seis meses de vida. Por lo tanto responder rápidamente a cada llanto no podría “malcriarlo” durante los primeros seis meses de vida.
Más que “malcriar” al bebé, responder al llanto en cada episodio le
refuerza al recién nacido que todas sus necesidades serán suplidas.
Bell y Aisworth, en su estudio clínico clásico, encontraron que los
bebés que fueron atendidos en cada episodio de llanto consistentemente
en su hogar durante los primeros 6 meses de edad eran muy seguros y utilizaban vocalizaciones en vez de llanto para comunicarse en el futuro.
Teorías de desarrollo infantil aún apoyan estos descubrimientos y los
utilizan para guiar a los padres en el manejo de los episodios de
llanto. Cuando los padres han sido enseñados a responder rápida y
consistentemente al llanto, los episodios se han reducido en un 60% .
En
casos en que la madre demuestra sensibilidad y afecto materno por
debajo del nivel óptimo, el recién nacido probablemente persistirá con
los episodios de llanto. Generalmente en aquellos bebés que
lloran persistentemente, se demuestra una alteración entre la relación
madre-hijo. Estos resultados ilustran como se completa un ciclo
vicioso de feed-back negativo.
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