“Nuestros
Cuerpos están perfectamente diseñados”
Por: María Caridad Merino
Nuestros pies han sido
perfectamente diseñados para caminar, no necesitan ser formados, tampoco
enseñados; nuestros pies sólo necesitan ser protegidos para que poco a poco comiencen
a dar los primeros pasos.
Sin embargo, cuando nuestros hijos
comienzan a pararse y a practicar el caminar, en general escuchamos consejos
como “cómprale unos zapatitos formadores”, que le “sujeten el pie”, para que
“esté más firme”. ¿Cuáles son estos “zapatos formadores”? Son zapatos
con taco, talón y punta reforzada, caña alta y arco con refuerzo. ¿Y qué pasa
cuando se los ponemos a nuestros niños? Claro! Comienzan a pararse más
fácilmente y, a veces incluso, comienzan a caminar! Se paran y caminan, pero
con muy poca soltura (más bien como robots) porque no pueden flexionar el pie y
tremenda maquinaria les pesa…
¿Cuál es el problema de usar los “zapatos formadores”? No sólo privamos a nuestros niños
del placer de la experimentación y de adquirir la seguridad en su propio
cuerpo, sino que dañamos estas estructuras perfectamente diseñadas para
caminar, que son los pies.
Es como ponerles un corsé “firme y
con refuerzos” cuando se comienzan a sentar para que se sienten “derechitos”…
Quizás con este ejemplo se hace más claro lo que con los pies nos resulta más
confuso: probablemente se sentará antes y más derecho, pero es evidente que
toda la musculatura que está al servicio de lograr esa posición no será
fortalecida, sino que todo lo contrario, debilitada y más tarde dañada.
¿Qué indica la evidencia científica? Todos los estudios afirman que las
dolencias de nuestros pies, desde los hongos, pies planos, dolores de tobillos,
juanetes, etc., tienen directa relación con el uso de zapatos[1]
¿Qué es entonces lo recomendable para que nuestros niños
tengan un pie sano?
Que anden descalzos! Todas las veces que
sea posible, en invierno pantuflas dentro de casa, en verano lo máximo a “pata
pelaa”. Y las veces que por el frío, la lluvia o el peligro que pisen algo que
le pueda hacer alguna herida, tengamos que ponerles zapatos, el diseño de éstos
debe estar inspirados en un pie descalzo…
La Dra. Javiera Martínez, médico
familiar UC, afirma en un artículo (www.medicinafamiliar.uc.cl): “Si bien existe evidencia de que el calzado
no corrige el pie plano, también existe evidencia de que un mal calzado puede
deformar el pie. Rao y cols[2]
evaluaron la huella de 2300 niños en India y correlacionó la presencia de pie
plano entre aquellos niños que usaban calzado v/s los que no usaban. Los
resultados mostraron que aquellos niños que usaban calzado tuvieron una
incidencia de pie plano de 8,6% v/s 2,8% de los niños que no lo usaban”.
Entonces algunas recomendaciones que los expertos han
consensuado para un calzado más apropiado son:
1.
Que éste sea cuadrangular: la punta más bien cuadrada que puntuda, para que todos los
dedos puedan estar perfectamente apoyados.
2.
Flexible: suficientemente para poder doblarnos con nuestra mano
3.
Plano: sin taco
4.
Poroso: para evitar que transpire
5.
Con suela antideslizante: para evitar que se resbalen
6.
Liviano: que pese muy poco, para que el niño lo sienta
verdaderamente como su pie.
¡La investigación científica tiene
buenas noticias! Nuestras intuiciones eran ciertas! Los cuerpos de las mujeres
están perfectamente diseñados para gestar, parir y amamantar, los hijos crecen
mejor muy cerca de sus madres y nuestros pies son perfectos para caminar![3]
María Caridad Merino
Socióloga, Doula, Madre de 4 hijos
Mail Contacto: mcmerino@uc.cl
[1] Ver Samuel B. Shulman. "Encuesta
en China y la India de los pies que nunca han usado zapatos," El Diario de la Asociación Nacional de
Podólogos , 49,
1949, pp 26-30.
[2] Rao
UB, The influence of footwear on the prevalence of flatfoot. J bone joint surg. 1992; 74-B (4):
525-527.
Excelente post, me gustó mucho. Gracias por las recomendaciones al final las pondré en práctica.
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