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"Viento del Bosque" |
El día en que nació mi hija Lilah, En medio de
mi trabajo de parto, comenzando a sentir
las contracciones más intensamente tuve un encuentro muy profundo con nuestro
gato llamado “Viento del Bosque”
Salí un rato afuera de la casa a
contemplar la naturaleza en tranquilidad y soledad... me tendí en una hamaca a mecerme al ritmo
de cada contracción. De pronto veo a lo lejos al pequeño Viento del Bosque que
venía corriendo raudamente hacia mi. Tenía menos de 2 meses de vida en ese
entonces, y era un minino muy activo y juguetón. Cada vez que alguien se mecía en la
hamaca él saltaba, arañaba, rasguñaba, se colgaba con sus garritas, tiraba los
hilos de la hamaca, y hacía sentir sus
ganas de jugar fervientemente a quién
estuviera encima. Con ese recuerdo, al verlo venir corriendo hacía mi en ese
momento, cerré los ojos y me dije: “Oh nooooooo …” y me quedé con los ojos
cerrados un instante esperando tener a mi gato dando vueltas encima mio. Sin embargo para mi grata sorpresa, abrí los
ojos y no lo vi...y algo muy bello sentí…
Estaba sentado bajo de mi en la hamaca, muy tranquilo, con sus ojos cerrados
ronroneando intensamente y moviendo acompasadamente su cabeza con cada
ronroneo, en un estado de trance
profundo. Así se quedó por largo tiempo
acompañando cada una de mis contracciones con su silencio, sus ronroneos y su
vibración.
Apenas lo vi, sentí WOU!
Se quebró mi esquema mental por un segundo,
sentí un profundo respeto por la naturaleza instintiva con una fuerte y bella
conexión. Fue un momento hermoso de soltar – soltar mi mente que pensó: “ohhh nooo
ahí viene el gato a perturbarme…” y sentir
más allá, cómo toda la naturaleza vibraba naturalmente en el
mismo estado de conciencia en el que yo me encontraba. Sentí en ese momento que
no sólo mi gato sabía perfectamente lo
que estaba pasando, y lo que yo necesitaba, también me sentí profundamente
conectada a toda la naturaleza que me rodeaba…
Ese pequeño gesto me abrió profundamente el
corazón y mi visión. Miraba los árboles
moverse mecidos por viento y sentía las hojas saludarnos a a Lilah y a mi,
escuchaba el viento silbar, el sol calentar tibiamente…era como si toda la
naturaleza nos estuviera saludando, acompañando en este mágico momento, dándole una cálida bienvenida a Lilah que ya
estaba por venir a este mundo, contándole “este es tu hogar: la Madre Tierra”. Me sentí Una con mi hija, con toda la
naturaleza, el universo y UNA con el Todo por un instante atemporal. Tuve un
pequeño despertar, un pequeño “Satori”, una apertura al canal sagrado de la
vida en medio del trance del parto.
Ahora después de casi 3 años de esa bella
experiencia y re-leyendo a Michel Odent me reencontré con el bello capítulo
dedicado a los gatos en su libro “El Bebé es un Mamífero” allí Michel se pregunta:”
¿Es posible tal vez que los gatos aporten tranquilidad, serenidad y relajación para regular las hormonas del estrés? ¿o quizá están dotados de un misterioso poder?¿Podrían influir en el desarrollo de un parto con su simple presencia? Luego continúa: “No hay que olvidar que en Egipto se veneraba a los gatos como animales sagrados…Bestet, la Diosa Egipcia del Amor y la Fertilidad, tenía cabeza de gato y cuerpo de mujer. ¿Es posible que los gatos tengan cualidades bioenergéticas que seamos incapaces de interpretar?(...) Es tentador proponer una comparación entre los efectos que produce la presencia de los gatos en el parto y los efectos que produce el agua o la presencia de una partera auténtica. Personalmente me he sentido atraído de forma especial por los gatos más que por ningún otra especie de animal doméstico porque los gatos se comportan de un modo muy particular en un parto en casa.
Son absolutamente discretos, pasan
desapercibidos, pero están allí, parece que se dan cuenta de todo lo que
sucede, a pesar de su aire de indiferencia. Es como si captaran el carácter del
acontecimiento, su carácter sagrado, hay una especie de recogimiento en su
actitud casi meditativa.( .…)Para las parteras auténticas del futuro, el comportamiento de los gatos
durante el parto podría ser un ejemplo a imitar: saber pasar desapercibida y a
mismo tiempo ser capaz de detectar cualquier anomalía, arte relacionado con los
aspectos más profundos de la personalidad.
¿Es posible tal vez que los gatos aporten tranquilidad, serenidad y relajación para regular las hormonas del estrés? ¿o quizá están dotados de un misterioso poder?¿Podrían influir en el desarrollo de un parto con su simple presencia? Luego continúa: “No hay que olvidar que en Egipto se veneraba a los gatos como animales sagrados…Bestet, la Diosa Egipcia del Amor y la Fertilidad, tenía cabeza de gato y cuerpo de mujer. ¿Es posible que los gatos tengan cualidades bioenergéticas que seamos incapaces de interpretar?(...) Es tentador proponer una comparación entre los efectos que produce la presencia de los gatos en el parto y los efectos que produce el agua o la presencia de una partera auténtica. Personalmente me he sentido atraído de forma especial por los gatos más que por ningún otra especie de animal doméstico porque los gatos se comportan de un modo muy particular en un parto en casa.
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Viento del Bosque |
Gatos, instinto, símbolo femenino, misterio,
poder interior, profundidad de la psiquis y alma femenina, parto, nacer y
renacer como madres, unión, éxtasis sagrado del gran misterio de la vida.
Gracias mi querido “Viento del Bosque”…
Mahi , Carolina Barahona
Madre, Doula, Psicóloga
Que hermoso Mahi!
ResponderEliminarGracias por compartirlo
Muy inspirador
Que bellos los gatos!!!
ResponderEliminarA mi me acompañó mi gata durante las primeras horas , acurrucadita conmigo en mi cama, fue muy rico, sin duda que tienen cualidades que no podemos percibir a simple vista
Que bello testimonio, me emocionó
ResponderEliminaramo los gatos y me encantaría investigar más la realación que tienen con los humanos, tanto como sanadores (suelen ponerse en partes enfermas de sus amos) y en el parto!
gracias por compartirlo y si tienen más información me gustaría conocerla
gracias
Que HERMOSO Mahi!
ResponderEliminarLinda!, siempre tan profunda y sensible,
me encanta,
abrazos transcordilleranos!