Por Mahi, Carolina Barahona
Todos hemos
escuchado a lo menos alguna historia remota de un parto inesperado. Excepcionalmente
algunos nacimientos ocurren espontáneamente en lugares que no han sido previstos ni planificados para parir, como es el caso de los
nacimientos en el auto (camino a la clínica u hospital), en la puerta del
hospital o de la clínica (antes de alcanzar a entrar), en la casa (sin haber
planificado un parto en el hogar), en la calle y en diversas circunstancias y
lugares fuera de lo común de manera muy rápida y simple. Usualmente cuándo esto
ocurre suele haber mucho temor e incluso pánico en el ambiente que rodea a la
mujer. Sin embargo debemos notar que normalmente si el nacimiento logró darse
en esas circunstancias, es porque fue un parto espontáneo, rápido y fácil, por
lo que debemos dejar el clima de pánico fuera para que la última fase del
trabajo de parto – que es el alumbramiento de la placenta- pueda ocurrir en las
mismas condiciones, y para ello la mujer, junto a su bebé necesitan
principalmente abrigo, calor y nada que los distraiga del reconocimiento
madre-bebé.
Michel Odent,
suele referirse a este tema cuando habla sobre qué es lo que debemos saber las
doulas dentro de los Primeros Auxilios Obstétricos, con una mirada desde la
Salud Primal.
En palabras de
Michel Odent:”Normalmente un parto que se
dé en estas circunstancias es rápido y fácil. Por lo tanto probablemente no
habrá que utilizar las manos. La principal
preocupación que hay que tener es asegurarse de que ni la madre ni el bebé
pasen frío.
Si es posible, calentar la habitación. Si no se tienen a mano
mantas o toallas calientes, cubrir a madre y bebé con nuestra propia ropa. Asegurarse que la madre no tenga ningún
tipo de distracción para que pueda dedicarse en exclusiva a mirar a los ojos de
su bebé y a sentir el contacto de su piel. Si el ambiente es relajado, la
habitación lo suficientemente cálida y no hay nada que distraiga a la madre,
ésta segregará un pico de oxitocina muy alto que va a hacer posible el
alumbramiento de la placenta de forma tan rápida y fácil como lo ha sido el
nacimiento del bebé. En una situación
como ésta no se corre ningún riesgo de hemorragia. Cortar el cordón no es una
necesidad fisiológica.”
Cita de
Michel Odent extraída de los apuntes del Curso Paramana Doula 2013 en Buenos
Aires
Quienes
rodeemos una situación como esta debemos procurar resguardar el entorno para
que nada pueda perturbar ni distraer a la madre, ayudar a bajar los niveles de
estrés y de adrenalina de todos quienes estén en el ambiente y procurar el
abrigo necesario tanto para la madre como para el bebé. Y por supuesto no
olvidarnos de celebrar la vida en su inmenso misterio y espontaneidad.
Mahi, Carolina
Barahona
Psicóloga, Doula
http://mamatriztica.blogspot.com
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